| Después de nuestro pequeño éxito del 
			año pasado en el Balaitús había encargado al experto pirenaico, es 
			decir, a Jorge IV que buscara otro reto pirenaico y pensando, 
			pensando se le ocurrió el Midi d'Ossau. No tenía componente nevada, 
			como ocurrió a la Brecha Latour del Balaitús pero sí bastante 
			trepada a nuestro alcance. Al menos eso decía. Se le podía haber 
			ocurrido otra cosa... | 
		
			| Varias semanas de 
			preparación, atentos a las previsiones meteorológicas y sorteando 
			como hemos podido las distintas dificultades hasta que por fin el 
			jueves 15 a mediodía, Juan, Jorge y quien esto escribe pusimos rumbo a 
			Sallent de Gállego con la intención de subir la mencionada montaña y 
			Juan el Pic Peyreget. 
			Más o menos esta es la historia...
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			| Antes de las 6:30 
			llegamos al pequeño aparcamiento que hay tras pasar el Portalet. 
			Allí sobresalía el objetivo del viaje. En pocos minutos nos 
			pertrechamos y comenzamos a caminar más contentos que unas pascuas. | 
		
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			| Inicialmente nuestros pasos 
			transcurren por un amplio camino. | 
		
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			| Al llegar a la Cabaña de Sénescau 
			giramos a la derecha comenzando otra suave pendiente que tras unas 
			pocas zetas nos pondrá en el Col de Soum de Pombie. | 
		
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			| La mañana es fresca y todavía se 
			camina muy bien. Por detrás vienen estos dos aprendices de montañero 
			un poco acongojados por mi poderío y fortaleza. | 
		
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			| Llegando al collado aparece el Midí | 
		
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			Es una mole majestuosa, bellísima y un 
			poco intimidante para estos pobres aprendices. 
			
			Jorge: En realidad bautizamos al Midi como un “grandísimo hijo de 
			p++a”. El resto del día justifica que la apreciación no fuese 
			exagerada | 
		
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			| Jorgito está exultante pero imagino 
			que la procesión irá por dentro, como me pasa a mi. 
			
			Jorge: Alguien tiene que mantener el temple y la sangre fría incluso 
			en las circunstancias más adversas. | 
		
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			| Ahora el camino desciende ligeramente 
			hacia el refugio de Pombie. | 
		
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			| Al poco aparece el refugio y el 
			pequeño ibón llamado Lac de Pombie. | 
		
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			| En el refugio cogemos agua y nos 
			separamos. Juan tiene pensado subir al vecino de nuestro Midi, el 
			Peyreget de 2487 m. | 
		
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			| Un poco apenados (tampoco mucho) por 
			habernos separado comenzamos otra suave subida en dirección al Col 
			de Suzon, cuya única molestia, que no dificultad, es atravesar el 
			gran canchal producido por una visible morrena. | 
		
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			| Las vistas hacia el norte son 
			realmente fantásticas por el verdor y el mar de nubes que cubre el 
			territorio francés. | 
		
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			| No se si será casualidad pero todas 
			las veces que he tenido vista hacia Francia ha estado cubierto por 
			las nubes. Será por esto que se vienen a tomar el sol a nuestra 
			patria. 
			
			Jorge: A esa niebla se la conoce en los valles aragoneses como 
			“boira gabacha”. Por algo será ;_) | 
		
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			| Véase la cara de felicidad de este 
			ignorante. | 
		
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			| Croquis de la vía tomado de
			www.topopyrenees.com. Por 
			cierto, una buena Web aunque según ella, Jorge y yo somos débiles de 
			corazón al haber subido las chimeneas encordados. Ya nos gustaría 
			ser tan grandiosos alpinistas de élite como su autor. Esto es más o menos lo que nos esperaba
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			| Mientras Jorge se 
			encamina hacia la base de la roca, que parece muy cercana, consulto 
			el GPS y me asombro al comprobar que nos separan cerca de 700 m 
			hasta la base. Por tanto, deduzco que la montaña es colosal para lo 
			que estoy acostumbrado. Esta es una de las grandes diferencias con 
			mi amado Guadarrama en el que la distancia que te separa de la 
			montaña de enfrente es de unos pocos metros. | 
		
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			| Las vistas que dejamos por detrás son 
			magníficas, siembre que obviemos el portamochilas de la imagen. 
			
			Jorge: El portamochilas portaba la cuerda de 60 metros, sin la que 
			Paco no hubiese pasado ni de la primera chimenea (véase más abajo). | 
		
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			| El Pic de Saoubiste, al otro lado del 
			collado, también tiene muy buena pinta. | 
		
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			| Todavía tenía cara de felicidad... | 
		
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			| Esta montaña fue bautizada (por 
			nosotros) como "Montaña China" por su parecido a las Huangshan. 
			
			Jorge: Se llama Doigt de Moundelhs, que bien mirado suena bastante a 
			chino. | 
		
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			| Al cabo de un rato comenzamos a ver 
			personas (imagino) en la primera chimenea. No es que vayan muy 
			deprisa y lo diminuto de estos seres hace aumentar aún más la 
			magnificencia del Midí. | 
		
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			| Ya estamos casi en la base. | 
		
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			| Jorge, que es bastante más torpe que 
			yo, me precede. | 
		
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			| Mirando hacia atrás 
			(al este) apreciamos a ver el objetivo del año pasado, el Balaitús, 
			donde se aprecia perfectamente la Brecha Latour por la que 
			ascendimos y descendimos del mismo. | 
		
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			| Llegados a la base 
			de la mole, donde nos espera la primera chimenea, comienzo a ver el 
			terreno y francamente no me gusta nada. Lo intento por varios sitios 
			y varias veces, pero llego a un punto donde no veo futuro al tema. La 
			verdad es que la mochila y el piolet colgado no ayudan nada. ¡Pues 
			sí que empezamos bien!A pesar de que Jorge es muchísimo peor que yo pero me sugiere que 
			baje 
			e intentarlo él. No lo discuto y además le dejo un segurito puesto.
 
			
			Jorge: No quería que Paco se sintiera humilado, pero…. 
			Paco: No lo consiguió. | 
		
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			| El tío coge y sin pensárselo mucho se 
			lo pega de maravilla, aunque creo oír algunas blasfemias durante su 
			recorrido. Al poco me grita y comienzo a subir con la seguridad que 
			aporta una cuerda por delante, a pesar de que quien la controla sea mi 
			compañero. 
			
			Jorge: … como no podía ser menos, al final se impuso de modo natural 
			mi depurada técnica alpina, brío y juventud.
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			| Aquí aparece un servidor un poco 
			humillado pero contento. | 
		
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			| A pesar de su escaso poder 
			intelectual, Jorge va memorizando los puntos de rápel que habrían de 
			servirnos para el descenso. 
			
			Jorge: Si hubiésemos tenido que fiarnos del Alzheimer de paco, aún 
			seguíamos ahí, o nos hubiese bajado la Gendarmerie, que no sé qué es 
			peor.
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			| Después continuamos 
			medio caminando, medio trepando hasta la segunda chimenea por un 
			terreno fácil. El sol empieza a pegar de lo lindo. | 
		
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			| En esta ocasión me 
			lanzo a su conquista por la derecha. Se trata de varios pasos 
			bastante verticales pero con agarres válidos para elefantes con lo 
			que se hace muy disfrutona. | 
		
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			| A continuación sube mi compañero a 
			sabiendas de que unas manos expertas están asegurando sus torpes 
			pasos. 
			
			Jorge: Creo que se olvidó comentar entonces que cuando Paco creía 
			que le estaba asegurando desde abajo me acordé de algo muy 
			importante que tenía que mirar en el móvil, ahora no recuerdo qué 
			era, y solté la cuerda bastante rato…
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			| Aunque le cuesta pero finalmente 
			supera sus problemas. Esta chimenea ha sido muy placentera. El sol 
			sigue picando. La tercera chimenea no está documentada pero no tuvo ninguna 
			dificultad excepto la producida por la falta de líquido.
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			| En general me ha 
			parecido una ruta escasa de hitos para marcar el camino pero en 
			algunos momentos hay hitos por todos los lados y así nos pasó, que 
			poco antes de la tercera chimenea nos fuimos más a la izquierda 
			costándonos un tiempo precioso perdido y empezamos con los problemas 
			de agua.Finalmente y no sin problemas llegamos a la Cruz de Hierro que marca 
			el final de las chimeneas. Hicimos una parada para reponer algo de 
			fuerzas y beber algo. Tenía el estómago cerrado a todo lo que no 
			fuera líquido.
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			| La mole del Vignemal aparecía por 
			detrás nuestro. | 
		
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			| Nuestras caras, más bien caretos, ya 
			no aparecían tan sonrientes. Estábamos muy cansados y sedientos. | 
		
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			| Proseguimos la 
			marcha por un extenso pedregal donde pregunté a un montañero francés 
			que descendía sobre la posibilidad de conseguir agua. Según nos dijo 
			no había ningún lugar donde cogerla. Mal asunto. | 
		
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			| Algo más arriba 
			fuimos buscando algunos neveros y nos entretuvimos en recoger algo 
			del agua que iba escurriendo. Esta fue una labor larga y tediosa que 
			finalizó después de haberla filtrado y potabilizado 
			convenientemente. Dos kilos más a la espalda pero el ánimo subió 
			considerablemente. | 
		
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			| Otro poco más y 
			Jorge ya estaba casi en la antecumbre. Este nevero debió de ser el 
			causante de que el guarda nos recomendara llevar piolet y crampones. 
			Qué pena de kilo y medio que nos hizo llevar de más. | 
		
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			| Cuando llego a la antecumbre veo que 
			Jorge se dispone a seguir trepando, ahora por una preciosa cresta... | 
		
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			| ... con canales verticales que 
			descienden a plomo. | 
		
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			| Finalmente, cumbre. | 
		
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			| Tampoco la cumbre 
			fue muy divertida: un abrazo, unos cigarritos de mi colega y rapidín 
			para abajo.Nos habíamos impuesto como hora máxima para hacer cumbre las dos del 
			mediodía y llevábamos un cuarto de hora de retraso. Quedaba 
			descender por las chimeneas mediante los rápeles.
 
			
			Jorge: En mi caso, a todo lo anterior se añadía la responsabilidad 
			de llevar a una especie de menor de edad por esos andurriales…
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			| Intentamos sonreír para las fotos y 
			tras meternos algún gel salvador emprendemos el descenso. | 
		
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			| Jorge se emociona 
			en la cumbre y en mi caso, cuando llevábamos un rato bajando empiezo 
			a asimilarlo, a acordarme de las personas que me han ayudado y me 
			entra una llorera seca. Mal asunto estoy deshidratado. | 
		
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			Alguno de los rápeles se nos resiste 
			para encontrarlo pero al final vamos encadenándolos y más despacio 
			de lo que quisiéramos vamos bajando. | 
		
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			| Finalmente llegamos a la base de las 
			chimeneas, donde comienza el senderillo. 
			Paramos a comer los macarrones caseros 
			especiales que generosamente he traído para el equipo y apuramos el 
			resto del líquido. La unión de comida-bebida-fin de 
			problemas-sendero facilón nos levanta tremendamente la moral y 
			comenzamos a creernos que hemos subido el Midí... Bastante repuestos volvemos con 
			subidón de moral al refugio donde nos espera Juan y un montón de 
			cervezas isotónicas. Juntos de nuevo, con el equipo al 
			completo, regresamos al coche donde nos esperaban algunos refrescos 
			en la supernevera y una cena de aupa en Sallent a la que fuimos 
			invitados por Juanito donde corrió generosamente el vino y los 
			antinflamatorios.
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			| Ingenuos de nosotros habíamos pensado 
			en hacer algún pequeño paseo por los Ibones de Anayet al día 
			siguiente. Podríamos decir que no lo hicimos por la amenaza de 
			carreteras cortadas al celebrarse dicho sábado el Quebrantahuesos 
			pero lo cierto es que, al menos a un servidor, le dolía hasta la 
			mochila. Si has sido capaz de 
			tragarte todo lo anterior, mis condolencias. Un abrazo y hasta siempre hipotético lector.
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