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				De nuevo me abandonan los 
				compañeros y no tengo más remedio que irme a llorar al monte. 
				Con una ciclogénesis de estas, que 
				antes llamábamos simplemente "tiempo de perros", y sin una idea 
				exacta de dónde ir, en el último momento decido encaminarme, 
				cómo no, a mi querida "Pedra". Como ha llovido bastante y hay 
				alguna posibilidad de que caiga más, descarto subir piedras pero 
				me acuerdo de la siempre bonita Cuerda de los Porrones y, si se 
				tercia, subir Maliciosa. 
				De esta forma me planto en "Cantoco" 
				y tras tomarme un cafetito en el Torrero y notificarles que les 
				van a cerrar el parking por obras, comienzo el día sin excesivas 
				ganas... |