| Los Galayos tienen algo 
				extremadamente especial para quien esto escribe: Noches de 
				ilusión y días de triunfos o fracasos, siempre con entusiasmo. Daba igual, estaba en los 
				Galayos y sobre todo, estaba acompañado de mi gran amigo y 
				compañero de cordada Miguel Ángel "el Lapa". 
				El uno de Noviembre de 1976 sobre 
				una gran capa de nieve helada que lo cubría todo (no había 
				calentamiento) perdí el equilibrio y bajé rodando la Canal del 
				Pequeño Galayo hasta que milagrosamente ¿? me paré mientras, sin 
				saberlo, mi padre fallecía en Madrid. En otra ocasión, más adelante, permanecí 
				colgado durante día y medio del Torreón por una imprudente 
				escalada en solitario... Así podría seguir con decenas de 
				anécdotas que seguramente solo me importan a mi... Nunca había entrado por la 
				puerta trasera del Galayar y hace demasiados años que me 
				apetecía descubrir este otro universo hasta que en este verano, 
				tras aburrirme de hacer trepadas solitarias, bonitas pero 
				demasiado parecidas, por el Guadarrama, me he decidido a 
				madrugar de verdad y presentarme en la Plataforma del Nogal del 
				Barranco con la idea de subir por la Canal de las Berroqueras 
				hasta el Espaldar... | 
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				| Con mochila algo más pesada de lo 
				que mis viejos huesos consideran correcto, comienzo con 
				optimismo el camino. Por delante ya se adivina el hueco de la 
				canal por la que pretendo subir. | 
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				| Al poco de pasar la fuente 
				Macario, de la que sale un triste chorrito de agua, un hito 
				marca lo que iba a ser una casi continua trepada, no siempre 
				fácil. | 
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				| En esta curva comienzo a seguir 
				los hitos que en la primera parte iban a facilitar el camino, 
				aunque desde el principio las manos pasaron a trabajar tanto 
				como los pies. | 
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				| Lúgubre sí que parece la 
				susodicha... | 
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				| Al poco aparece el primer y quizá 
				mayor obstáculo, la zona del Gran Resalte, que debe sortearse por la izquierda, eso sí, 
				siguiendo el instinto porque lo que son hitos, no hay ni medio. | 
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				| El último paso del obstáculo. | 
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				| Por la derecha queda un buen 
				agujero. Mejor no pensar en este paso estando mojado. | 
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				| La canal tomada hacia atrás. Sin 
				la referencia de algún ser vivo no dice absolutamente nada pero 
				ya llevaba un buen trecho. | 
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				| Quedaba algún otro paso delicado 
				aunque menos que el anterior. | 
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				| Y al poco se suaviza la pendiente y aparece el collado o portilla 
				de las Berroqueras, dejando de usar para 
				progresar tanto o más las manos que los pies. | 
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				| El Risco del 
				Tupé aparece realmente majestuoso por su cara oeste y norte. | 
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				| Hacia abajo la canal recién 
				subida. | 
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				| No podían faltar las señoras del 
				lugar | 
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				| Siguiendo claros hitos se sigue 
				cómodamente por la cuerda. | 
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				| ¡Espectaculares! | 
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				| A mi paso por cada portilla 
				aprovecho para echar un vistazo. Algunas parecen impracticables 
				sin nieve. | 
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				| No se si me equivoco 
				(probablemente) pero diría que estos escaladores están en la 
				cumbre de la Aguja Negra. | 
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				| Desde la Canal de la Aguja Negra 
				se visualiza por debajo la cumbre del Torreón. | 
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				| Mire a donde mire es espectacular. | 
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				| La cumbre del Torreón y la 
				instalación de rápel. Qué diferencia con la barra de hierro 
				metida en un agujero desde la que antiguamente bajábamos. | 
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				| Siguiendo los hitos me pongo 
				fácilmente en la cumbre de la Punta de Don Servando. Ya sé que 
				feo, pero pintoresco. | 
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				| Desde aquí observo el Gran Galayo 
				que me tienta tremendamente pero el recuerdo de un trocito en 
				particular de la bajada no me apasiona en absoluto. | 
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				| El Peñón del Mediodía y el Puerto 
				del Peón. | 
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				| Aquí el camino que sube al Puerto 
				del Peón. | 
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				| Me voy acercando a la Portilla del 
				Pequeño Galayo y ya se observa la vira sobre la que transcurre 
				la Senda Palomo. | 
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				| La inhóspita Canal Reseca. | 
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				Cerca del punto de destrepe del 
				Pequeño Galayo se ven dos montañeros.  
				En la Portilla coincidí con un 
				grupo que había subido por la Reseca y otro que venía del 
				Victory. Todos ellos se se preparaban para trepar al Gran Galayo 
				y muy amablemente se ofrecieron a que me uniera. El recuerdo del 
				puntito en particular de la bajada que me tuvo un buen rato 
				decidiéndome a bajarlo me hace agradecerles de corazón su 
				ofrecimiento pero puede más mi cobardía.  
				Al poco de comenzar el grupo la 
				ascensión llega Jonatan y ¿?, dos montañeros vascos que también 
				se ofrecen a que les acompañe aduciendo que tienen una cuerda de 
				30 m que sumada a la mía, hacen 60 con lo que en caso de "yuyu" 
				posibilitan otro tipo de bajada. No se si por la cuerda o por lo 
				de los vascos me animo y en un periquete trepamos muy 
				gozosamente hasta las cumbres de Gran Galayo. | 
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				| Foto de cumbre. Los dos vascos son 
				los de la izquierda y el del centro, de rojo, sería mi Ángel de 
				la Guarda durante el descenso. | 
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				| Radiante, el Paco en la cumbre. 
				Seguro que mi traidor compañero habitual y vasco de pacotilla se 
				pone rojo de envidia. ¡Ojala le salgan hemorroides! | 
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				| Como buen sábado había gente 
				escalando por todos los lados. | 
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				| Comenzamos el descenso. Con tan 
				buena compañía da gusto y no como la última vez... | 
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				| Los dos vascos "de verdad" | 
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				| Mientras, otros preparan el 
				descenso del Torreón para dejar sitio a los que suben. | 
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				| Después de unas cervecitas en el 
				Victory me despido de mis acompañantes y emprendo regreso. | 
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				| Los galayos son únicos. La imagen 
				inferior es solamente para escarnio de un vasco que yo me se. | 
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				| Sobran las palabras... | 
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				| Al llegar a la fuente Macario hago 
				otro alto para reponer algo de líquidos hasta mi definitiva 
				rehidratación... | 
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				| Aquí la rehidratación total. Ahora 
				solo quedan 200 kms de vuelta :( | 
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				| Un abrazo a ese de cada vez más 
				hipotético lector. |