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			Julio 2010 - Cuchillar del Cerro de los Huertos |  
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      Paseos de un aprendiz de montañero |  
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          | 05/07/2010 | Plataforma de Gredos - Refugio Elola |  
          | 06/07/2010 | Cuchillar del Cerro de los Huertos |  
          | 07/08/2010 | Canal de las Hoyuelas - Morezón - Refugio 
			del Rey |  
          | 09/07/2010 | 
			Regreso por Puerto de Candeleda y fin de 
			fiesta |  |  
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          | Cuando, hace once años, 
			retorné a la montaña por prescripción facultativa, pensaba en 
			caminar por zonas de poca pendiente para retrasar en lo posible el 
			destino poco feliz que me auguraban los galenos. Nada me hacía 
			imaginar los increíbles lugares que podría conocer ni las 
			maravillosas personas con las que me cruzaría. Poco a poco mis 
			paseos se fueron alargando de forma directamente proporcional al 
			cabreo de mi esposa y a la mejoría de mi salud física y mental. 
			Planeé algunos proyectos y sueños, muchos sueños. Cuando volví por 
			primera vez al Circo de Gredos y vi la silueta del Ameal de Pablo 
			quedé cautivado por esa pirámide de granito que rasgaba el cielo 
			pero lo vi tan lejano e imposible que ni siquiera me atreví a soñar 
			con él. Tampoco imaginé que alguien construiría mi sueño y lo haría 
			realidad como en un cuento de hadas... |  | 
  
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		05/07/2010 
		
		Salgo de la plataforma de Gredos con una mochila que pesa más de lo que 
		puedo transportar pero en el interior llevo una ligera esperanza y en el 
		pié izquierdo una fascitis plantar que apenas me deja 
		caminar. 
		
		Subo a los Barrerones relativamente bien hasta que al 
		cesar la pendiente aumenta el dolor y estoy a punto de darme la vuelta. 
		¿qué voy a hacer tres o cuatro días en el refugio sin poderme mover? | 
  
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    | Tras saludar a la salamandra del 
		Almanzor llego al Elola antes de comer y bajo una 
		ligera coacción, Álvaro su joven y amable guarda me enfrenta a unas 
		lentejitas con arroz de "no te menees", un poquito de ensalada y unos 
		huevos fritos con panceta para matar al gusanillo. Una frutita y un café 
		remataron a dicho gusano que junto al veterano Lorenzo, el buenazo de 
		Israel y Sergio, "el becario" dimos buena cuenta de las viandas 
		expuestas. | 
  
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    | La tarde transcurrió gozando de las vistas del 
		Circo y esperando a mi benefactor, Jorge, quien iba a impartirme un 
		cursillo de rápel. El problema es que el acceso por el camino "normal" 
		al refugio aún se encuentra bloqueado por un nevero accesible para los 
		humanos (alguien se va a colar tarde o temprano) pero inaccesible para 
		los caballos que con Jorge realizan el avituallamiento, | 
  
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    | El problema fue que bordeando la preciosa 
		laguna resbaló la yegua, cayendo de mala manera por lo que Jorge tuvo 
		que dejar a los equinos y venir a por la ayuda de sus compañeros y de 
		las cuerdas. Afortunadamente no hubieron mayores consecuencias pero mi 
		master tuvo que ser pospuesto para el siguiente día. Lo peor fue que sin 
		haber hecho apenas ejercicio, esa noche tuve que enfrentarme a las 
		famosas albóndigas del Elola; auténticas y genuinas obras maestras del 
		arte culinario elaboradas por el genial Álvaro. | 
  
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		06/07/2010 
		
		La noche transcurrió como es habitual en las personas que dormimos mal y 
		además lo hacemos acompañados de extraños (aunque pocos). A las seis y 
		media me levanté y tras un copioso desayuno subímos Jorge y yo a la 
		pared vecina al refugio donde fui instruido sobre los procedimientos 
		modernos de rápel. Ha cambiado mucho desde los años setenta en que 
		practiqué la escalada. Cuando este torpe aprendiz consiguió desesperar 
		al paciente Jorge, recogimos los cacharros y por la Canal de los 
		Geógrafos nos encaminamos a la base del Ameal de Pablo 
		donde hacía un calor desesperante. Increíble, mediados de Julio y utilizando 
		piolet y crampones llegamos a la portilla entre Ameal y 
		Risco Moreno. | 
  
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    | Una vez en dicha portilla nos encordamos muy a 
		pesar de los consejos de un paisano que desestimaba la utilización de 
		tales aperos. y con una fácil trepada, siguiendo los hitos subimos muy 
		segura y cómodamente hasta la antecumbre del risco. | 
  
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    | A partir de ese momento más que subir por mis 
		medios, fui izado por mi joven maestro y guía. No tengo palabras para 
		describir la sensación de felicidad en la cumbre y agradecimiento a 
		Jorge. Esta cumbre se la dediqué a mi Marisina. | 
  
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    | Las vistas son geniales, Almanzor 
		y el Cuchillar de Ballesteros... | 
  
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    | ...Galana, aun con algo de nieve 
		en la Canal de la Muesca... | 
  
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    | ...Morezón y Cuchillar de 
		Cerraillos con el Risco de las Hoyuelas, Enano y 
		dos Hermanitos. Por detrás, La Mira y la 
		Cuerda de los Amealitos. | 
  
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    | Finalmente pusimos en práctica lo aprendido 
		sobre el rápel y este torpe pisacharcos fue prácticamente depositado 
		diez o quince metros por debajo (lo hice fatal). | 
  
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    | ¿Qué te parece si subimos a la preciosidad de
		Punta Esperanza? me preguntó Jorge. Si no es Aguirre y te 
		empeñas, no me opongo, respondí. | 
  
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    | Por detrás quedaba el majestuoso Ameal | 
  
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    | Esta punta fue un poco más complicada pero 
		bajo las indicaciones de Jorge nada parece dificil. | 
  
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    | Y en un "pis-pas" nos colocamos en su aérea y 
		afilada cumbre donde apenas cabíamos los dos de pié | 
  
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    | "Mejor vámonos pronto" y sin encontrar valor 
		para una mísera foto descendimos de la forma que comenzaba a ser 
		habitual. | 
  
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		Bueno Paco, ¿seguimos al Risco Moreno?.  
		
		Qué le vamos a hacer, dije. Respecto a los dos anteriores ¿qué 
		dificultad tiene? 
		
		Inferior, no te preocupes, me mintió | 
  
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    | Subimos, bajamos, volvimos a subir y bajar y 
		continuamos hacia el Cerro de los Huertos. | 
  
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    | Al fondo Almanzor, el 
		Cuchillar de Ballesteros y el Venteadero. En el 
		centro el Ameal y Risco Moreno. | 
  
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    | De esta forma, con el subi-baja continuamos 
		por el increíble Cuchillar del Cerro de los Huertos | 
  
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		Mi 
		cara de fastidio resignado denotaba los amargos momentos que pasé. | 
  
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    | Finalmente, se acabó el cuchillar (empezaba a 
		estar hasta los níscalos de tanto subi-baja) | 
  
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		Entre pedreras y neveros fuimos girando y descendiendo hasta 
		encontrarnos en el llano existente al final de la Canal de la 
		Pluma mientras mi pié pedía paz a gritos. El resto fue un 
		descenso suave. Durante toda la jornada me sentí en todo momento 
		arropado por la profesionalidad, buen hacer y preocupación de 
		Jorge por mi bienestar.  
		
		Dicen que a un guía se le considera un buen guía cuando el cliente sería 
		capaz de poner a su hijo en sus manos. Yo no lo dudaría un solo momento. | 
  
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    | Nuestro esfuerzo fue premiado con una ensalada 
		de la huerta del Elola y un guisito de lomo con pimientos de "agárrate y 
		no te menees". Como agradecimiento, tras la cena les deleité con algunas 
		de mis mejores mentiras y rápidamente me fui a dormir. 
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